Es muy habitual que en algún momento tengamos que actualizar el hardware de nuestro ordenador (placa base, disco duro, procesador, memoria, etc.) bien por algún fallo o simplemente para mejorar sus prestaciones. Lamentablemente durante esa actualización es probable que Windows no se inicie correctamente ya que los drivers del nuevo hardware serán, casi seguro, diferentes a los que teníamos instalados. ¿Qué hacer entonces para no tener que reinstalar Windows y todos los programas?
La primera intención suele ser clonar el sistema de archivos mediante programas como Clonezilla o Acronis, y volcar esa imagen sobre el nuevo disco duro. Sin embargo es probable que al intentar iniciar Windows, nuestro ordenador se reinicie constantemente al haber cambiado la arquitectura de nuestro hardware.
Para evitar esto y antes de cambiar nada en nuestro ordenador, tenemos dos pasos a seguir:
1. Sysprep
Antes de acometer el cambio de arquitectura (placa, micro, RAM) ejecutar desde la linea de comandos y como administrador:
%windir%\System32\Sysprep\Sysprep.exe
Esto deja Windows (7 en este caso) en un estado en el que vuelve a preguntar lo típico de usuario, contraseña, nombre de equipo, configuración regional, …
La opción Generalize limpia todos los drivers y otros datos de la instalación, dejando así el sistema preparado para iniciar por primera vez y detectar el hardware en un equipo diferente, para posteriormente instalar los drivers adecuados para nuevo hardware.
La fase Sysprep Generalize también limpia el SID (identificador único de seguridad).
Es un proceso que puede tardar bastante, al menos en el equipo viejo.
Una vez terminado, sustituiremos los componentes que queramos, y a continuación deberemos completar el proceso de personalización del Windows.
Y Windows iniciará, mostrando el escritorio de este nuevo sistema. En este nuevo sistema se encontrarán instalados los programas que previamente hemos preparado en el sistema Windows que hemos utilizado como base de la imagen, antes del proceso de Generalización (Sysprep Generalize).
Una vez en el nuevo escritorio actualizaremos los drivers con el CD del fabricante de la placa, al siguiente reinicio todo debería ir ya a la perfección. En caso de que no inicie correctamente podemos intentar iniciar en modo a prueba de fallos antes de instalar los drivers (lo mejor es descargarlos desde la web del fabricante).
Es probable que tras este proceso tengamos que activar de nuevo Windows.
2. AHCI
Algo que debemos tener en cuenta antes del cambio de componentes es el modo en que tenemos configurado el SATA en nuestra placa base ya que Windows 7 no instala por defecto los drivers AHCI que es el sistema con el que trabajan la mayoría de los equipos modernos.
El antiguo equipo es probable que tenga el SATA en modo compatibilidad IDE, el nuevo disco será un SATA3 y la nueva placa dispondrá de SATA en modo AHCI. Antes de entrar en la BIOS y cambiar el modo a AHCI, hay que entrar en una rama del registro y establecer un valor a 0:
HKLM\System\CurrentControlSet\Services\Msahci
El valor hexadecimal de la clave Start, que seguramente todos tendremos a 3, hay que colocarle el valor 0.
A continuación reiniciaremos, entraremos en la BIOS y cambiaremos el modo a AHCI (si no venia ya activado), reiniciaremos y tendremos Windows 7 trabajando con nuestro nuevo disco SATA 3.
El resultado será un equipo nuevo donde hemos reutilizado el chasis, y no hemos tenido que reinstalar Windows 7, y mucho menos todas las aplicaciones que teníamos instaladas.